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La rabia en los gatos
Es una enfermedad viral que una vez contraída puede ser mortal para los gatos. Este virus afecta a todos y cada uno de los animales de sangre caliente, si bien lo hace con más violencia con los gatos y con nosotros.

El virus se trasmite normalmente tras la mordedura de un animal contagiado con esa enfermedad. Cuando ocurre esto el virus se dirige cara el sistema nervioso al que ataca de forma severa, inflamando el cerebro del animal.
El primer signo que notaremos en un gato inficionado es un cambio de comportamiento definitivo. El animal va a pasar de ser sociable y cariñoso a estar apartado y mostrarse beligerante.
Esta primera etapa más intensa pasa tras un tiempo y da paso a la etapa de nervios, estados de confusión, conmociones y quietud extrema. De no tratarse esta etapa puede provocar la muerte del animal.
Esta muerte se ejecuta cuando el virus ha dañado totalmente el sistema de control de las funciones de vida del animal.
Del mismo modo pueden presentarse casos donde el gato inficionado comience a salivar o bien a soltar una espuma por el morro, como en el caso de los perros.
De todas y cada una maneras conocer estos síntomas no es de gran ayuda puesto que la enfermedad no tiene tratamiento alguno. Además de esto actúa rapidísimo y la confirmación de la enfermedad o bien diagnóstico solo se efectúa cuando el animal está muerto y se puede extraer su cerebro.
Por esta razón es tan esencial la prevención de la saña. La vacunación es la mejor manera de eludir que nuestros queridos amigos felinos se lleguen a contagiar de este terrible virus. Esta prevención y vacunación se hace en los primeros meses de vida del gato y después todos los años se aplica un refuerzo.
Con esta fácil vacuna cada año vamos a poder eludir el sufrimiento de nuestra mascota y asimismo el nuestro.